Capitulo 6: Guiados por la pasión.


-Necesito un baño… ¿Dónde hay?
- Bajando tienes uno a mano derecha. No te caigas que eres la que vas peor.
-¡Eso te pasa por pecadora! – La acusa Noelia
-Shhh –Se pone un dedo en los labios y sale de la habitación.
Daniela esta un poco mareada, lleva esa chispa que produce el alcohol. Baja con cuidado las escaleras agarrándose a la barandilla. Si, definitivamente va muy mal.
Por fin logra llegar al baño y entra. Puff… esta bastante mareada, lleva una buena encima. Eso la pasa por hacer demasiadas cosas en la vida.
Se mira al espejo, abre el grifo y salpica unas pequeñas gotas de agua en la cara con el intento de despejarse. Antes de salir del baño se mira al espejo y se atusa su pelo ondulado una vez más y sale.
-Eh ¿A dónde vas?
-A por algo de beber que no tenga alcohol… ¡los chupitos afectan mucho!
Y tanto que si afectan mucho. ¿Qué le va a contar Adrián a ella si es la que peor va?
Daniela le sigue por la casa, hasta llegar a la cocina.
-¿Coca cola, Fanta, Nestea o algún zumo como las nenas buenas?
-¿Bromeas? Yo Coca cola como las niñas malas. – Contesta vacilona Daniela.
-Toma anda… - Le tiende la Coca cola recién sacada del frigorífico. – Alcanza del último estante  una caja de Palomitas. Tengo hambre.
-Oye ¿Vives aquí o que? Conoces muy bien esta casa- Pregunta Daniela de forma irónica mientras pone su bebida en la encimera y se pone de puntillas para alcanzar el paquete de palomitas.
-No, ójala viviera en esta casa. Conozco a Raúl desde canijos y solemos pasar mucho tiempo en esta casa.
Adrián observa como Daniela no alcanza la caja. Suelta una carcajada. Es muy cómica aquella situación. Deja su bebida y acude a ayudarla.
Daniela vuelve a intentarlo, y esta vez roza el paquete. Adrián a su lado empuja el paquete y hace que caiga sobre la cabeza de Daniela y las bolsas del interior acaben esparcidas por la cocina.
-¡Cuidado! Me has hecho daño
-Lo siento, no era mi intención
Adrián no aparta la mirada de los ojos de Daniela. Los tiene bonitos, son marrones, un color común, pero en el rostro de ella quedan especialmente bien.
-¿Que miras?- Pregunta nerviosa al sentir la mirada del chico.
-Tus ojos –Responde muy sincero sin apartar la mirada de ellos. -Son preciosos.
-Quita anda, me estas poniendo nerviosa
-¿Te pongo nerviosa?
-Si, cuando la gente me mira a los ojos me pone nerviosa.  
-Mentira. Lo que te pone nerviosa es que yo te mire a los ojos.
El corazón de Daniela se para por una milésima de segundo y vuelve a latir muchísimo más deprisa. Aunque quiera negarlo es imposible, Adrián tiene ese don que la hace ponerse nerviosa.
Sus caras están a escasos centímetros. Ambos escuchan las respiraciones agitadas del contrario. Se miran con deseo a los ojos. Amos quieren conocer el sabor de las lenguas del otro.
Y así como dos imanes situados uno enfrente del otro se atraen con la fuerza magnética. Sus labios se unen como dos piezas de un puzzle.
Los minutos pasan y el calor entre ambos aumenta al igual que los besos. Ambos son testigos de la pasión y del efecto del alcohol.

Una pequeña aclaración de garganta los interrumpe. Los besos paran como el fin de una canción, y ambos se separan rápidamente siendo los mismos imanes que antes pero con polaridades invertidas.

-Perdonar que os interrumpa- Dice Vanesa a ambos muy avergonzada. – Dani, nos tenemos que ir, Dee se esta poniendo muy mal.

Los tres salen de la cocina y ven como Manuel baja las escaleras agarrando a Dennise.
-Suéltame, ya te he dicho que estoy bien. –Protesta cuando pone el pie en la planta principal.
- Dennise te la vas a ostiar, llevas una buena encima.
-Quita Manu, ya me encargo yo. Gracias- Agradece Noelia. –Nos vamos.
Todos se despiden con dos besos en las mejillas. La despedida de Daniela y Adrián es bastante incomoda. Ambos hacen como si nada hubiera ocurrido.

Las Golosas salen a la calle. La noche ha ganado otra lucha más y la luna reina en el cielo. Se marchan con un buen sabor de boca, aquella tarde difícil de olvidar; con un sentimiento, la confusión de aquello que ha sucedido en la cocina; y una promesa, la de volverse a ver. 

Capitulo 5: El juego.


Un sábado de Marzo.

El viendo sopla con fuerzas sus caras, y las hace estremecer. Sus tacones golpean fuertes contra el suelo. Caminan decididas. El muñequito se pone el verde y cruzan.

Los saludos vienen y van al igual que los besos en las mejillas y las presentaciones.

-Buenooo… ¿Qué hacemos?-  Suelta Daniela intentando comenzar una conversación.
- Seguirnos, vamos a ir a un sitio. –Dice Manuel en tono misterioso.
Las Golosas se miran entre ellas ¿un sitio? ¿A dónde cojones las quieren llevar? Intentan confiar en esos chicos y les siguen calle abajo.
Durante el trayecto apenas intercambian palabras ambos grupos. De vez en cuando intercambian alguna mirada entre ellos.
-Oye vosotros ¿Nos pensáis decir a donde nos lleváis?- Pregunta Vanesa tras llevar varios minutos caminando.
Adrián y Manuel intercambian una mirada cómplice y el primero asiente.
-Vamos a casa de Raúl, sus padres no están y su hermana tampoco. –Contesta Manuel mientras anda para tras mirando a las chicas.
-¡Cuidado!
-¡Cuidado!
Noelia y Dennise intentan evitarlo, pero es imposible, Manuel acaba dándose contra el poste de una señal de tráfico que esta en la acera.
-¡Mierda!- exclama enfadado mientras  se frota el lado de la cabeza donde se ha hecho daño. Menos mal que tiene la cabeza dura. –¡Maldito poste!
-Pobrecito. ¿Manu estas bien?-
-Si, gracias Vanesa
-Es aquí -indica Raúl parándose en una verja que rodea a una casa de color pastel.
-¿vives aquí? –Pregunta un tanto anonadada Noelia por tal expectación de la casa.
-Si. –afirma y abre la verja con una de las llaves que guarda en el bolsillo.

Sorprendidos por aquella majestuosa casa pasan al porche, donde les recibe un pequeño balancín y un viejo árbol testigo de muchos sucesos pasados y por pasar. Abren la puerta y tras ser guiadas por Raúl a la segunda planta de la casa entran en una sala que parece de recreativos.
-¿Tienes hasta un billar? ¡Dios mío! – Daniela esta asombrada. Ese chico vive en una casa de dos plantas que tiene hasta una sala de recreativos, con un billar y una gran pantalla plana aparte de mil cosas más.
-¿Qué queréis hacer? ¿Proponéis algún juego?- Pregunta el dueño de la casa refiriéndose solo a las chicas.- Jugaríamos al billar, pero somos impares.
-¿Y a los dardos? ¿Podemos jugar a los dardos?
-Claro.

La partida comienza, Manuel es el que en la primera ronda gana con diferencia, pero muy cerca de el se le pone Vanesa, La Golosa llamada Nube tiene muy buena puntería. En la última ronda se decide todo. Ellos dos son los protagonistas de la partida. Pero finalmente Vanesa es la que gana.

-¡Hay estamos mi nube!-La abraza Dennise.
-¿Nube? ¿La acabas de llamar nube? –Pregunta desconcertado Adrián.
- Si, es su apodo. Al igual que el mío es Caramelo, el de Noe es sandía y el de Dani es Fresa.
-¿Chulerías? ¿Vuestros apodos son chulerías?
-Sí, somos Las Golosas. Nos encantan las chucherías, la vida dulce, las cosas sin complicaciones ni sentido, las cosas divertidas, como las chucherías. – Responde Daniela metiéndose en la conversación.
-Pues vale golosinas,  voy a por una cosa, ahora vengo.
-¡No somos golosinas somos Las Golosas! – Vanesa grita las últimas palabras, pero Raúl ya ha salido de la habitación.
Vuelve al cabo de unos minutos con una bandeja.
-¿Chupitos de Vozka?- Pregunta Noelia al ver a Raúl con la botella y siete pequeños vasos de chupitos.
Esta le ayuda a poner la bandeja en la mesa y se sientan alrededor de ella.
- “Yo nunca …” ¿Verdad Raúl? –Deduce Manuel mientras coloca un vasito enfrente de cada uno.
-Exacto ¿Sabéis jugar no?
-Claro que sabemos. –Aclara la Caramelo. Anda que no se habrán tirado tardes jugando a ese juego.
-Vale pues… ¿Quién quiere empezar? –Pregunta mientras rellena todos los vasos.
- Yo, que para eso he sido la ganadora. –Se auto elige Vanesa. –Yo nunca he perdido a una partida de dardos.
Todos beben excepto Vanesa.
-Mira que eres mala persona eh…- Dice Adrián mientras rellena de nuevo los vasos.
-Yo nunca me he hecho fotos en ropa interior- Dice Manuel.
Daniela bebe y todos la miran atónitos.
-Coño el bikini es igual que la ropa interior.
-El bikini no vale. –apunta Manuel
-Vale pues como si no hubiera bebido. Es que tenéis que explicaros porque si no voy a acabar como una cuba. Vale me toca. Yo nunca me he disfrazado del sexo contrario.
Los tres chicos ríen al recordar aquella vez en el campamento y beben.
-Yo nunca he besado a una persona de mi mismo sexo.
Las Golosas beben. Entre ellas se han dado muchos picos en alguna que otra fiesta.
-Hay que ver que malotas estáis hechas eh…- Dice Raúl con un tono irónico quien fue quien dijo la frase anterior.
-No somos malotas como tú dices, somos cariñosas- Suelta Dennise. –Yo nunca he visto a alguien caerse en público y me he reído.
Todos beben claramente. ¿Quién no hace eso?
-Yo nunca he soñado que me lo montaba con alguien.
Todos beben menos Vanesa.
-¿Cariño enserio que nunca lo has soñado? –Pregunta Noelia que es la que ha formulado la pregunta
-Pues no, no tengo una mente tan salida como la vuestra.
-Ya pero mira, incluso Dee ha bebido, aunque no sabemos con quien se lo habrá montado en sueños….
-Seguro que disfrutó como una perra.
-Serás guarra Dani. –Y Dennise se hecha encima de Daniela a hacerla cosquillas.
-Golosinas que haya paz….
-Que no somos Golosinas. ¡Somos Golosas!- Dicen las cuatro al unísono.
-Vale vale Golosas no me comáis… -Se defiende Adrián.
Más chupitos, más risas y miles de confesiones que se revelan en aquel juego. La temperatura aumenta por culpa del alcohol, pero la tarde aun no ha terminado y miles de cosas más pueden suceder.

Capitulo 4: Miedos.

Un viernes de Marzo

Esta tumbada en la cama, con el pijama puesto y arropada. Hoy ha sido un viernes demasiado agotador. Los zapatos la han destrozado los pies.
Una luz ilumina su habitación. Ha recibido un SMS al móvil.

“Mañana nos vemos. Espero verte. Un beso, Raúl.”

Entonces se acuerda. Esta semana ha estado llena de exámenes. Los exámenes finales, apenas ha tenido tiempo para parar y pensar en esa locura que va a hacer. Han pasado quince días desde aquel sábado. Tenían planeada la cita para el sábado pasado, pero al final la anularon.
Y es ahora cuando los miedos se apoderan de Noelia. ¿De verdad van a quedar con tres chicos que apenas los conocen? Ella es demasiado desconfiada, y a pesar de que estos días ha estado hablando varias veces con Manuel y con Adrián y ha descubierto que son unos chicos de lo más agradable no sabe como serán en persona. Por las redes sociales siempre se puede hacer un papel, esconderse tras una mascara, o simplemente decir lo que uno quiere escuchar.

Un escalofrío recorre el cuerpo de Noelia desde los dedos de los pies hasta el último de sus cabellos de la cabeza. Esta nerviosa, demasiado nerviosa. Y la verdad es que no sabe porque. Mañana quedarán con ellos, no hoy. 

Entonces piensa en las palabras que le suele decir su amiga Dani: Noe tía tú no te ofusques, piensa las cosas con claridad. Nada puede salir mal. Solo sale mal si lo piensas. 

Y la verdad es que las palabras de su amiga tienen razón.

Y así como si tuviera un doble o estuviera hablando con su propia sombra se dice para si misma: Oh vamos Noelia ¿de que tienes miedo? Irás con tus amigas, con Las Golosas. Estarás con esos chicos, no pasará nada. Simplemente una tarde más.

Y lo que ninguno de esos 7 saben que esa tarde no será una simple tarde mas, sino el comienzo de algo nuevo.

Capitulo 3: Decisiones.

Un martes por la mañana de Marzo.

Once y cuarenta y cinco de la mañana. 
Suena el timbre que anuncia el recreo. Los alumnos recogen como locos y salen despedidos hacia sus treinta minutos de descanso. Noelia sale de su clase junto a Dennise y en el pasillo se encuentran con las otras dos Golosas.
-¡Por fin! Me estaba quedando dormida en ingles con el listening.
-Tú te estabas quedando dormida con el listening y a nosotros la profesora de Música nos mataba a copiar ¿Pero que es esto? ¿Tu lo ves normal Noelia? –Pregunta Caramelo indignada.
Noelia hace un gesto como ¿Qué quieres que le haga yo?
Salen al recreo y pronto están sentadas en el banco que esta al lado del instituto comiendo sus dosis diarias de golosinas.
Del teléfono de Daniela suena Wait for you- Elliott Yamin, la quedan escasos segundos.
-I'll wait for youuuuuuu. I'll be waiting ...- Las cuatro Golosas cantan esas dos ultimas frases de la canción.
-Como un salto en el vació….- Vanesa empieza a cantar Tu mirada me hace grande –Maldita Nerea que ahora suena. Y es en ese instante donde los ojos grisáceos con ese pequeño toque azul se posan en la mente de Noelia, como un leve recuerdo, como un paisaje fugaz, como los ojos de ese chico que la ha dado tanto que pensar. 
-Raúl…- Dice en un pequeño susurro que sin querer se la escapa. 
-¿Noe has dicho algo?
- Raúl- Repite más confiada. - ¿Os acordáis de los chicos de la cafetería? ¿Los del papel? – Pregunta mientras gesticula con las manos. - ¿os acordáis verdad?
-Si. ¿Qué pasa con ellos?- Pregunta Dennise bastante desconcertada al igual que sus amigas.
-Pues que ayer estuve hablando con Raúl, uno de ellos… Y al escuchar esta canción me he acordado de el.- Dice ya mas tranquila.
-¡Dios has agregado a los de la cafetería!- Dani se pone las manos en la cara -¿Están buenos? – Pregunta muy interesada.
-Pues la verdad es que sí…. Manuel es bastante guapo, medio rubio y con el pelo a lo wahs, y ojos marrones; Adrián tiene pinta de “Pornoso” y de “Chulo putas” es moreno y lleva el pelo para abajo y ojos color verde creo…
La interrumpe un sonido de satisfacción de Daniela.
-Y Raúl… tiene los ojos como grises pero con un toque azul, el pelo así desaliñado pero con flequillo a la derecha, y es muy guapo…
-Puf… menudos pivones ¿no? –Dice Vane bastante desconcertada.
-Ya… Pero… ayer cuando hable con Raúl, que estuvimos hablando mucho tiempo me dijo que si podíamos quedar este sábado. Los 7.
- Oh venga ¿este sábado? Yo este no puedo tengo que irme a casa de mis tíos… - Dice Dennise un poco desilusionada.
- No pasa nada así habrá uno para cada una.
-Dios… ¡SALIDA! – Grita Vanesa.
-Capulla…. –Y Dennise la suelta un codazo a Daniela que ella lo esquiva hábilmente. 
-Bueno a lo que vamos que os desviáis del tema… ¿quedamos o no quedamos con ellos el sábado? –Pregunta Noelia intentando zanjar la pregunta. 
-¿Están buenos? –Pregunta Fresita para asegurarse.
-Si. –Responde con certeza.
-entonces vale. 
Las carcajadas estallan en el grupo. Tiene una fecha para citarse con esos tres chicos del Starbuck. 
Entre Las Golosas hay varias emociones. En los de ellas reina el misterio y la emoción por conocer a esos chicos, en otra el fastidio por no poner asistir a esa cita y en la última ese pequeño cosquilleo que siente cuando en su mente aparece esos ojos que tanto la llaman la atención. 

Capitulo 2: El color grisáceo de su mirada.

Un lunes por la tarde de Marzo.


Cinco y cuarenta y dos de la tarde.
Noelia esta sentada en su escritorio con el ordenador portátil. Suena Mohombi - In Your Head.
Tiene las redes sociales abiertas y curiosea algo en alguna revista online.
-Noelia haber cuando te pones y recoges un poco la habitación. Que tienes hasta la ropa del viernes. ¿Qué es para lavar y que para guardar? ¿Y estos pantalones? – Natalia coje unos vaqueros que tenía tirados en la cama. -¿Para lavar?
-Si creo que si. Espera que mire los bolsillos.
Noelia coje los pantalones y los revisa. Esos son los que se puso el sábado. De los bolsillos delanteros saca un envoltorio de chicle, de los traseros un pequeño trozo de papel.
-Toma, para lavar. – Noelia devuelve los pantalones a su madre. Natalia sale de la habitación. Para poner una nueva colada.
Se queda pensativa. ¿Qué hace ese papel en su pantalón? Lo desdobla y lee los nombres. Raúl, Adrián y Manu. ¡Oh! Los chicos de la cafetería. Noelia se da con la palma de la mano en la frente. Lo había olvidado. 
Entra en su Tuenti y busca esos nombres. 
El tal Raul y Manu tiene la misma principal. Salen dos chicos apoyados en una barandilla. Pero se ve mal. Pero por lo que parece no son unos pervertidos sexuales. Y el chico llamado Adrian tiene una foto que sale el solo. Noelia les envía una petición de amistad a los tres. La misma.




Ese lunes por la tarde no muy lejos de la casa de Noelia.


-¿Tío te vas ya?
-Si, sino llegaré tarde al entrenamiento.
-Vale.
Los dos chicos se dan la mano y se despiden.
Raúl vuelve a su escritorio. Actualiza el Tuenti y ve que tiene una petición de amistad.


Hola ¿Te acuerdas de mi? Soy Noelia, una de las chicas del Starbuck. Un beso.


Ella. Es una de ellas. De aquellas chicas de la cafetería. 
Rapadamente pincha en su perfil y mira las fotos. Es ella. La chica en la cual se fijo, bueno ella y su amiga rubia que también es muy guapa. Vanesa se llama su amiga. Vanesa y Noelia. Dos nombres bonitos para dos chicas muy bonitas.
El típico sonido del tuenti le avisa de que alguien le habla. Es ella. Noelia.
-Hola- Le escribe Noelia junto con un icono sonriente.
-Hola. Veo que la camarera os dio el papel.
-Si, fue muy amable por su parte. Y muy ingeniosa vuestra técnica de ligar.
Simpática. Es la primera impresión que tiene Raúl de aquella chica del Starbuck.
-Si, bueno mi amigo Adrián es muy extravagante para estas cosas…
-Si, todo el mundo tenemos un amigo o así…
Noelia piensa rápidamente en Daniela.
-Por cierto, ¿Cuántos años tienes Noelia?
- Quince, Cumplo los Dieciséis dentro de dos meses. ¿Y tú?
-Dieciséis. Recién cumplidos hace cuatro días.- Agrega un icono con gafas de sol. 
-Felicidades atrasadas.
-Gracias. Un día quedamos y te invito a algo por mi cumpleaños.
-Em… No creo que quedemos un día.
-¿Por qué? 
-Soy muy desconfiada para personas que conozco en las redes sociales.
-A mi no me conociste en una red social ¿Recuerdas?
-Jajajaja. Cierto Raúl. ¿Pero eso cuenta como una presentación?
-Si, si es para quedar e invitarte a algo. – Raúl añade un icono guiñando el ojo.


¿Para quedar e invitarte a algo? ¿Esta bromeando o de verdad intenta ligar? Pues si esta de broma Noelia le va a seguir el royo. ¿Pero y si es verdad? Se mete una vez más para ver las fotos de perfil de aquel chico. La verdad es que es guapo, muy guapo. Con un pelo castaño desaliñado y unos ojos de un color grisáceos con un toque de color azul, verdaderamente bonitos, al lado de los ojos el color verde de Noelia esos ojos destacan mil veces más. Es guapo, realmente guapo, ese es el único adjetivo que se le ocurre en esos momentos para clasificar a ese chico.


-Estaría bien quedar con los chicos misteriosos de la cafetería.
-¿Entonces sí es como nos llamáis? ¿Los chicos misteriosos de la cafetería? 
-Jajajajajaja no había tanta confianza para llamaros por vuestros nombres- Añade un icono guiñándole un ojo.


Once y media de la noche.


-Bueno Raúl, me voy. Un beso. Encantada de conocerte.
-Lo mismo dio Noelia.
-Adiós. Un beso
- Otro para ti.
Noelia se desconecta del Tuenti. Se pone el pijama y se mete en la cama.
Ha estado toda la tarde hablando con Raul, uno de los chicos misteriosos de la cafetería que ya no es nada misterioso. Ahora tiene nombre y apellidos. En esas cinco horas que han estado hablando se han contado muchas cosas. Noelia siente que le conoce desde hace tiempo. Se siente a gusto hablando con el. No ha sido de esas conversaciones que siempre sacas el “¿Qué me cuentas?” No. Con Raúl no hizo falta. 
Da media vuelta en la cama, se pone los cascos del MP4 y empieza a sonar Maldita Nerea- Tu mirada me hace grande.
Su mirada. La mirada de Raúl, ese chico con unos ojos perfectamente perfectos. Noelia Da media vuelta en la cama y a los pocos segundos empieza a domar dormida. Pero lo mejor de ese sueño es aquel chico que tiene unos ojos verdaderamente bonitos.