Capitulo 11: No dejes de sonreír.


Sigue lloviendo en la capital. No ha parado ni un solo segundo desde que sintió la primera gota caer en su cabeza. Sus ropas están empapadas y está tiritando. Pulsa el timbre.
-¿Sí?
-Soy yo… - Contesta con una voz débil.
Se oye un “Pi” intensivo. Noelia empuja la valla de la entrada.
Antes de que pueda cerrarse él ya está allí afuera, debajo de su porche con preocupación. Sus miradas se encuentran, ninguno dice nada. Ella sigue empapándose debajo de la lluvia. Entonces él va hacia ella. La abraza. No le importe que esté mojada o que la lluvia le esté mojando a él también en estos momentos. Vuelven los llantos.
-Shhh Noelia no llores. Ven vamos dentro.
Sin soltarla en ningún momento la lleva hacia la casa. Cierra la puerta.
-Espera aquí, que voy a por algo con lo que secarte, estás mojada. –Coje unas toallas–Pontéelas.
-Gracias- Responde en un susurro.

Ambos se sientan en el sofá del salón, miran a la tele apagada. Nada, silencio.
Noelia respira hondo, y vuelve ese dolor a su pecho, ese bombardeo rápido y fuerte que lo nota en sus orejas. No quiere, no quiere derrochar una lágrima más y menos delante de él, pero no puede. Silenciosa sale de su ojo.

-Shh… Noe tranquila. Lo llores, no llores más, nadie se merece que tú derroches una lagrima por él.- La abraza.
-¿Nadie? ¿De verdad? ¿No merece la pena que llore por que Dani se ha enfadado conmigo sin  ningún motivo? – La voz es entrecortada por las lágrimas. Raúl se asombra ¿Daniela y ella enfadadas? ¿Cómo es eso? - ¿Qué esté aquí llorando, que recurra a ti por que pienso que eres la única persona que me queda? ¿Qué las otras Golosas puede que también estén enfadas conmigo? Raúl, no quiero llorar pero no me queda otra salida. ¿Sabes lo que me ha dolido que me diga que son mis amigas por pena? ¿Sabes el dolor que me ha causado? ¿Qué me diga a la cara que me desea lo peor?

Lágrimas y más lágrimas resbalan por su cara, estas ya no son silenciosas. Raúl lo único que puede hacer es abrazarla, le rompe el corazón verla así, por poder a ayudarla.

-Noelia nunca estarás sola, puedes recurrir a mí.
Levanta su mentón y la obliga a que le mire a los ojos.  Ella esboza una tímida sonrisa.
-Gracias Raúl, en estas tres semanas te he cogido mucho cariño, ahora eres muy importante para mi.
-Si, tú también eres importante para mí. – Esboza una sonrisa tímida y aparta la mirada unos escasos segundos, después vuelve a clavarla en sus ojos. – A demás, ¿a quien le importa Daniela si te lo puedes pasar bien conmigo?

Noelia sonríe, incluso saca alguna carcajada y se seca hasta la última lágrima que resbalaba por su rostro.

-De verdad Raúl, eres único, me sacas sonrisas.
-Por que es así como debes estar, sonriendo, siempre, mostrándote como eres, fuerte, feliz. Noelia, no dejes que nadie borre esa sonrisa, se fuerte por que lo importante es que no dejes de sonreír. 

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